Delirio
A veces uno analiza, evalúa, y busca respuestas para intentar encontrar sentido a lo que le rodea. Todo se racionaliza y se estructura. Es incluso sano, da cierta perspectiva, disminuye la sensación de vértigo ante el mundo. Pero conviene no dejarse invadir completamente por la tentación analítica, de tanto buscar el mecanismo que rige la existencia uno se confunde, se mimetiza con el entorno y olvida el componente humano, lo afectivo, lo personal, lo propio. Porque resulta que yo intervengo en ese proceso, no sé si lo dirijo, pero lo puedo desviar de su triste e implacable trayectoria. La obsesión no es, no debería ser comprenderlo todo, porque comprenderlo todo significa renunciar a lo que somos. La sabiduría absoluta es un páramo, un espejismo tonto e inútil que al desvanecerse muestra su verdadero fruto: la inacción.
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