sábado, mayo 27, 2006

Todos somos Berlín


Justo en la frontera norte de Prosperidad, se haya uno de los mejores parques de Madrid, sin duda mi favorito por muchas razones: el Parque de Berlín. Tópicos aparte del tipo "es el pulmón verde del barrio", (no deja de ser cierto) atentar contra un espacio singular de convivencia, compartido en armonía durante años por niños, ancianos, perros, yonkis y borrachos supondría una auténtica perversión urbanística. Y que mejor ciudad para cometer perversiones urbanísticas que Madrid. Mientras nuestro vomitivo alcalde se dedica a vender humo, todo el mundo sabe de lo que se trata realmente.
No es más que una chinita más en el zapato del ciudadano de Madrid, enmarcada en la cruzada gallardoniana que pretende convertir Madrid en un parque temático. ¿Próxima estación: Teatro Albéniz? Veremos...
Desde este blog te animamos a que no te resignes a ver como deforman tu ciudad sentado en cómodamente en tu sofá. ¡¡Actúa!!: infórmate, sal a la calle, difunde, denuncia, manifiéstate. Tu ciudad, tu barrio, tu mundo está en juego.

1 comentario:

Sergio Aguilar Molina dijo...

En cierto modo, es lógico que desaparezca el parque: el embate del tiempo hace que la gran mayoría de las cosas que hubo, desaparezcan o se transformen: dentro de 2 siglos, ¿qué quedará de ese barrio en si? Puede que nada: no quedará nada que lo haga identificable con lo que hay ahora.
Gallardón, en su cruzada urbanística, se ha convertido en un agente que potencia el embate del tiempo. Gallardón es el martillo del tiempo, que aplasta lo que hubo, sin contemplación, sin piedad, sin remordimientos. La continuidad no es para él un problema, porque no le saca beneficio: Madrid es su feudo y hará lo que quiera allí, como antaño hacían los nobles con sus siervos y sus terrenos.