Quizá este no sea el lugar adecuado ni el momento adecuado, pero existe un animal de belleza incalculable, elegante, propio de aquí, nuestra tierra, que está a un paso de la extinción total y absoluta, el lince ibérico. Hay dos temas a considerar. El primero es la cría en cautividad,
un esfuerzo y un dinero necesario para perpetuar una especie que se tambalea por la arrogancia humana, por la captura en lazos, cepos y jaulas trampa, pero que no puede ser desaprovechado por los atropellos como el que ha ocurrido hoy en la A-483. A instancias del programa
Life se construyó un paso subterráneo para los linces, pero creo que un lince no reconoce una señal que le indique el camino que tiene que seguir si quiere vivir.
El otro tema es la despreocupación total de las autoridades, muy ligado (totalmente, diría) al anterior. Han aparecido "cagás" de lince en Madrid, confirmadas por científicos, si esa mierda ha sido desplazada o no, me da exactamente igual, es naturaleza, es su espacio y si los que se han puesto en libertad tras el paso por la cautividad necesitan moverse han de hacerlo y a mí no me importa tardar diez minutos más en llegar a mi destino, si de esa forma no se destruye la poca naturaleza que les queda, la poca naturaleza que nos queda.