Cordura ilegal

Brasil: 182 millones de habitantes. 200.000 de ellos afectados por el virus VIH. 75. 000 de esas personas consumen efavirenz, un fármaco que ayuda a paliar los efectos. Dicho fármaco está protegido por una patente (es curioso como las patentes, instrumentos legales de protección, han acabado convirtiéndose en instrumentos legales de opresión) válida hasta 2012. No me atrevo a calcular cuántos de esos enfermos morirían o simplemente quedarían destrozados hasta llegar a dicha fecha por el único motivo de no tener acceso a dicho fármaco, tampoco creo que haga falta.

Con esta decisión el gobierno brasileño buscar garantizar el acceso universal, viéndose en la obligación de costear el tratamiento recurriendo al medicamento genérico correspondiente (los abusivos precios exigidos compañías farmacéuticas no dejan otra opción: el ahorro se cifra en 237 millones de dólares, demasiado para un país como Brasil).

De esta forma, sienta un esperanzador precedente que esperemos sea seguido por otros países en vías de desarrollo que sufren un doble castigo: por un lado la epidemia en sí, y por otro el chantaje (consentido por los países ricos) de la industria farmacéutica.
Es imposible no relacionar este episodio con el caso Novartis , que movilizó a mucha gente contra semejante injusticia.
Las reacciones del lobby farmacéutico no sea han hecho esperar, calificando la decisión de ilegal. Algo falla cuando una medida tan sumamente humanitaria es considerada como ilegal...
Esta decisión de Lula constituye una esperanza para todos los que creemos que las personas están por encima de los beneficios. Esperemos que esto sólo sea el principio, y que pronto las patentes asesinas sean cosa del pasado.
Para saber más del asunto:
En 20minutos aparece este artículo.
En El País podéis leer éste o bien este otro.